
Siempre, a la hora de dormir, tengo la misma rutina.
Leo un poco del libro que esté disfrutando en ese momento o me entretengo con el ordenador.
Pero cuando llega el momento de cerrar y apagar la luz siempre me doy la vuelta dispuesta a dormir, e incosciente o no, lo ultimo que pienso e imagino es alguien que me abrace por la espalda y me reconforte en la soledad.
Porque todos necesitamos el calor humano.