miércoles, 1 de junio de 2011

El amor no se deja engañar
por las trampas del Tiempo
Aunque los labios y mejillas rosados
al alcance de su curvada hoz lleguen…
El amor no se altera
con sus breves horas y semanas,
sino que lo resiste incluso
hasta el filo del juicio.
Si esto es falso y me lo demuestran,
nunca escribí, ni ningún hombre nunca amó.

Soneto 116
William Shakespeare

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