No son las tareas domesticas las que emvejecen antes de tiempo a las mujeres.
Es la busqueda del hombre de tus sueños, que sólo conoce un final.
El compromiso.
Ningun hombre es perfecto, nos decimos.
No encontrare a nadie más que a él, pensamos.
Sabe colocar lamparas, y eso nos contenta.
Algun día me tratará como me merezco, esperamos.
Y de pronto comprendemos que en el fondo,
él no es más complicado que nosotras.
Nos damos cuenta que no tenemos que cambiarlo.
Porque quizás nosotras mismas no somos mejores.
Nunca me gustó el conformismo.
ResponderEliminarsaludos :)
ummm geeeenialllll,me ha gustado mucho
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