viernes, 15 de enero de 2010

A veces, la pena es un consuelo que nos permitimos a nosotros mismos porque resulta menos aterrador que intentar alcanzar la felicidad.
Nadie quiere admitirlo, todos decimos que nos gustaria ser felices, pero en ese caso, ¿por qué solemos aferrarnos al dolor? ¿Por qué decidimos recordar una y otra vez las ofensas y las angustias del pasado?
A lo mejor es porque la felicidad no dura y la pena si.
No emergí de la crisálid de mi pasado y me convertí de buenas a primeras en una hermosa mariposa deshinibida y emocionalmente sana. Nada es tan facil. Aun me quedaba un largo comino para conseguir lo que desesperadamente necesitaba. Perdonarme a mi misma.

1 comentario:

  1. Al fin y al cabo la meta de esta vida es ser feliz, muchas veces nos rendimos..porque la pena nos invade y es dificil desacerse de ella, cuando lo conseguimos seguimos luchando por esa felicidad.. poco a poco, quizás más lento de lo que cada un pudiera, pero también necesitamos de esos momentos tristes, para poder apreciar los buenos.

    Un beso...Que bonito^^

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